Joaquín
Sorolla y Bastida (Valencia 27 de febrero
de 1863- Cercedilla,
provincia de Madrid,
10 de agosto de 1923).
Pintor.
Artista prolífico,
dejó más de 2200 obras catalogadas. Su obra madura ha sido
etiquetada como , impresionista,
postimpresionista y luminista.
En
Valencia daría sus primeros pasos artísticos en la Escuela de
Artesanos, matriculándose posteriormente en la Escuela de Bellas
Artes de San Carlos de Valencia a la edad de quince años. Tras su
participación en la Exposición Regional de Valencia en 1879, viaja
a Madrid donde presenta tres marinas en la Exposición Nacional de
Bellas Artes y aprovecha para copiar a Velázquez en el Museo del
Prado.
Recibe su primera
medalla de oro en la Exposición Regional de Valencia y en 1884
obtiene una 2ª medalla en el Certamen Nacional de Bellas Artes con
“El
Dos de Mayo”,
lienzo de temática histórica. Consigue por oposición la plaza de
pensionado en la Academia Española en Roma por su cuadro “El
grito del Palleter”.
Una vez instalado en
Roma pasa unos meses en París con su amigo Pedro Gil visitando las
exposiciones de Bastien Lepage y Adolf Menzel. En 1887 presenta como
trabajo final de pensionado la pintura que representa a Fray Juan
Gilabert Jofré amparando a un loco perseguido por unos muchachos,
que le supuso una prórroga de la pensión.
En 1888, Sorolla se
casa en Valencia con Clotilde García y a su regreso a Italia se
establece en Asís. Finalizado su periodo de formación, Joaquín y
su mujer se instalan en Madrid donde se relaciona con el pintor José
Jiménez Aranda y logra las más altas distinciones oficiales con
obras de temática social: “Aún
dicen que el pescado es caro” y
“Triste
herencia”.
Tras su triunfo en
la Exposición Universal de París en 1900, los temas sobre el mar,
las playas y la naturaleza pasarán a primer término intentando
captar en ellos el momento fugaz de la luz que le llevó a una
continua y progresiva investigación lumínica en su obra. La Galería
Georges Petit de París recibió en 1906 la primera exposición
individual de Sorolla, que tuvo un gran éxito de público y crítica.
Al año siguiente repite experiencia en Berlín, Düsseldorf y
Colonia; y en 1908 inaugura exposición en las Graffton Galleries de
Londres donde entabla amistad con el hispanista Archer Milton
Huntington que le propuso llevar su obra a Nueva York. Después del
éxito neoyorquino, la muestra viajó a Búfalo y Boston y en 1911
sus obras se vieron en San Luis y Chicago.
Alcanzó un acuerdo
con la Hispanic Society para realizar una serie de paneles que
representasen aspectos de la vida española, ardua labor que
desarrollaría desde 1912 a 1919. Sorolla viajó a Mallorca e Ibiza
en el verano de 1919 donde pintó su última visión del Mediterráneo
y poco después sufre en su casa madrileña un ataque de hemiplejía
que le apartaría definitivamente de los pinceles, falleciendo tres
años más tarde el 10 de agosto de 1923 en Cercedilla (Madrid).
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