domingo, 13 de marzo de 2016

SEXALESCENCIA. Marián García Tárraga

Tras su Nacimiento la presentación en sociedad requería un encuentro entre familia, vecinos y conocidos. El salón de la masía, preparado para la ocasión, se encontraba decorado con lazos de colores, estrellas luminosas, cintas plateadas y un enorme cartel dorado en el que ponía “Bienvenida a este MUNDO”.
Antes de que pudieran darse cuenta una espesa niebla llenó la gran sala y una ventolera de aire fresco la inundó. La bruja se posó al lado de la cuna de madera, extendió la varita sobre la cabeza de la recién nacida y, como si de un rezo se tratara, profirió, lenta y concienzudamente, el siguiente maleficio:
–“Desarrollará su Infancia, Adolescencia, Juventud y Madurez según los cánones de la normalidad pero al llegar a los sesenta años descubrirá otros caminos y los seguirá. Serán los suyos propios, acertará y errará saltando, de nuevo, los baches que encuentre y disfrutando:
- De buscados ratos de soledad.
- De conocimientos confrontados con la práctica del paso de los años.
- De caprichos ganados.
- De regalos permitidos.
- De premios esperados.
Y todo lo sentirá intensamente, con espíritu joven, con ganas de seguir experimentando en el aprendizaje de lo que le quedará por saber…se alargará…hasta el final de sus días”.
Los asistentes quedaron consternados por tal maleficio y nada pudieron hacer mientras la bruja emitía aquellas palabras. Todo lo dicho se cumplió al pie de la letra.
Una nueva etapa en la vida humana, Sexalescencia, acababa de nacer, como siempre, entre maleficios de brujas y experimentos humanos. 


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