domingo, 14 de junio de 2015

EL GUISO. Marián García Tárraga


"La olla hervía, cual volcán en erupción, mientras preparaba el preciado caldo. Máximo brebaje solicitado por listos y tontos. De complicada elaboración. Como ingredientes cocían mezclados y en crudo: carne de lobo sacrificado, mientras aullaba, con la astilla de una escalera de madera de roble, tubérculos rojos cultivados en tierra extranjera, hilos verdes sacados de plantas que crecían sin sol y la raíz de una planta morada arrancada en una noche de luna llena. Todo ello, una vez cocido durante tres horas y emplatado, se aderezaba con un tapón de líquido procedente de la maceración del fruto de la viña. El brebaje que proporcionaba PODER ABSOLUTO ya casi estaba listo. No tardarían en venir a degustar una buena ración. Listos y tontos. Pensó en preparar un gran postre que proporcionara SENTIDO COMÚN. Regalo de la casa".  


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