viernes, 19 de junio de 2015

ESPÍRITUS. Marián García Tárraga


Tengo frío, es temprano y todavía no ha amanecido. La ciudad de Valencia duerme y yo no he podido hacerlo en toda la noche. Cuando lo intentaba alguno de ellos me despertaba con el anhelo de tener que atenderlos, de hacerles caso...porque, en este mundo en el que me ha tocado vivir hasta los espíritus quieren que les escuches, quieren contarte sus preocupaciones, su pasado, el de los suyos...

Hace frío y la manta que llevo en el cuerpo apenas me proporciona un poco de calor. Necesito dormir. Voy a aprender a poner tapones a mi mente. Abusan de mí. Nunca sé como decirles que ya no puedo más y que, desde el más allá, hay veces que no se puede hacer nada. Yo no puedo hacer nada.

Me bajo el vestido una vez puesto, me ato el zapato y cuando levanto la vista tengo dos espíritus que me miran y me observan. ¿Qué miráis? ¿No habéis visto a una humana viva atarse los zapatos? Disimulan pero yo sé que no me quitan la vista de encima. Esperaré y vendrán. Seguro. Como los de ayer...como los de mañana...


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