domingo, 7 de febrero de 2016

DEDICATORIAS. Marián García Tárraga

Es curioso la forma que tienen algunos escritores de “dedicar” sus libros. La dedicatoria suele estar al inicio del mismo tras una hoja en la que consta únicamente el título y antes de comenzar con el argumento o contenido en cuestión.

A mí me dice mucho del autor la dedicatoria que pone en sus libros, unas veces se limitan a poner las que yo llamo genéricas y globales, así quedan bien con todos: “A mis padres” (El oficio del Escritor. Ana Ayuso) o “A Marian, Ben y Daniel: vosotros sois mi nirvana” (Maldito karma. David Safier); otras veces, además, se centran en el tema del libro: “A aquella que vendó mi alma y estuvo a mi lado cuando mi cuerpo necesitó la intervención de médicos” (El Médico de Serafad. César Vidal) o “A mi hijo Jaime, abogado” (Técnica de Argumentación Jurídica. Concha Calonje).
Hay autores que, como Katherine Neville, utilizan, en lugar de dedicatorias, citas de otros personajes que, en este caso, también tienen que ver con el tema del libro: así en El Círculo Mágico, esta autora pone varias citas: “Los tiempos vuelven. Lorenzo de Médicis. La vida misma es un círculo, todo se repite. Friedrich Nietzsche. Lo que se va regresa. Lema de los Ángeles del Infierno”y en El Ocho otras dos: El ajedrez es vida. Bobby Fischer. La vida es una especie de ajedrez. Benjamin Franklin”.

Pero lo curioso son los autores que ponen ambas cosas en sus libros, dedicatoria genérica y citas, es el caso, p.e. de Dolores Redondo en su libro El guardián invisible, en una hoja dedica: “Para Eduardo, que me pidió que escribiera este libro y para Ricard Domingo, que lo vio cuando era invisible”, “Para Rubén y Esther, por hacerme llorar de risa”; y en la hoja siguiente cita: “Olvidar es un acto involuntario. Cuanto más quieres dejar algo atrás, más te persigue”. William Jonas Barkley y “Pero querida niña, esta manzana no es como las demás, porque esta manzana tiene magia”. Blancanieves de Walt Disney.

Me encantó una que leí hace mucho tiempo y que he rescatado para este monográfico, se trata de una especie de carta-dedicatoria de C.S. Lewis, escrita en su obra Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario. Dice así: “Para Lucy Barfield. Mi querida Lucy: Escribí esta historia para ti, pero cuando la empecé no había caído en la cuenta de que las muchachas crecen más rápidamente que los libros. Por lo tanto, ya eres mayor para los cuentos de hadas y, para cuando el relato esté impreso y encuadernado, serás aún mayor. Sin embargo, algún día serás lo bastante mayor para volver a leer cuentos de hadas, y entonces podrás sacarlo de la estantería superior, quitarle el polvo y decirme qué opinas de él. Probablemente, yo estaré tan sordo que no te oiré, y seré tan viejo que no comprenderé nada de lo que digas… A pesar de todo seguiré siendo…tu afectuoso padrino”.


Cuando comienzo un libro y leo la dedicatoria me gusta imaginar los motivos que han llevado al autor a escribirla, lo que ésta encierra y lo que quiere transmitir. Busco que sea distinta, original y libre. Es una parte interesante que, como ya he dicho, dice mucho del autor, por lo menos a mí. Cuando la misma va dedicada a personas concretas no transmite nada, parece más bien una promesa o un agradecimiento (que también suelen estar en los libros pero al final de los mismos) pero cuando se trata de citas o de dedicatorias originales, como la carta de C.S. Lewis, el autor parece ser una persona que vive en lo literario, para y por sus obras, dentro y fuera de ellas, luego comienzo el libro y rara vez me decepciona, disfruto y busco, en el tiempo, libros del mismo autor/a con la idea de leer, de nuevo, la dedicatoria o cita de otra de sus obras.

¿Tenéis vosotr@s alguna dedicatoria digna de mención? Ya me contáis…

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