Mirad que chulaaaaa:
"Estaba
nerviosa y me movía de aquí para allá. Pasaban ya tres horas desde
que estaba haciendo esperar a mi marido allí en el altar y es que no
era mi culpa que ser agente secreto sea un trabajo a tiempo completo.
Así que me tuve que inventar una excusa abismal de por qué estaba
aquí y no allí en el altar. Entonces ¡Ding! ¡Aterrizamos! Y
corriendo como una loca entré en la iglesia con la cabeza bien alta
y allí me planté en el altar.
–¡Psss!
–oí susurrar a mi novio.
–¿Qué
quieres?
–Tú
qué crees...¿Por qué has llegado a nuestra boda TARDE?
–Pues...¡Ding!
Se me ocurrió una idea, cogí el informe de la misión e hice una
bola con él.
–Ejem...¿Por
qué has llegado tarde?
–Verás...estaba
en un curso de papiroflexia en el museo y he decidido comprar esta
carísima muestra de papiroflexia. Y me saqué del ramo la bola de
papiroflexia con un poco de purpurina y plumas de avestruz.
–Ohhh,
es, es, es...¡maravillossooo! –dijo.
–Me
alegra que te guste…
Pero
entonces oímos: “Ya puede besar a la novia” y me quedé perpleja
e intenté hacer gestos como un mimo para intentar que no lo dijera
pero fue en vano. Por suerte mi marido me cogió y me besó con
pasión. Lo fuerte es que cinco años después, un gato, dos hijos y
un ruido chirriante debajo del sofá, mi preciosa obra de arte seguía
colgada encima de la chimenea, en una vitrina. Normalmente nos
sentamos en el banco de cobre para observarlo cuando nadie está
despierto para que nadie sepa que estamos aquí…Nuestra vida es
divertida ahora a la que que sospechosa. Todavía no sabemos ¿qué
es ese ruido?"
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