Y lo ilustró.
Mirad:
"Sabíamos
que nos estaba observando. Ya había matado a todo nuestro poblado,
incluso a las avestruces y las guardaba en el antiguo banco de mimos,
una casa con chicas y chicos que ahondaban en los problemas morales.
Al otro día decidieron meterse en la boca del lobo y escucharon un
ruido…"
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