domingo, 28 de febrero de 2016

EL CHEF. Marián García Tárraga

"El guiso olía maravillosamente bien. Subió arriba, se recogió el pelo y bajó antes de que diera otro hervor. Mientras se hacía la hora guardó el hacha en el cobertizo y el resto del cuerpo que le sobró en el congelador. No solía tirar nada. Casi tenía para otro guiso. Ya encontraría más adelante lo que le faltara".






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