sábado, 14 de marzo de 2015

COMUNICACIÓN. Marián García Tárraga


Observaba desde la ventana el vaivén de la gente, los movimientos del que va y del que viene con rapidez, sin mirarse... sin hablar...Un rato por la mañana, otro por la tarde: el que sube, el que baja, uno se para y mira al suelo, otro atiende el móvil, sin mirarse...sin hablar...

Un día, en el marco aburrido de la misma calle, un limpia zapatos montó su puesto cerca de una esquina: un pequeño taburete, una caja con los utensilios necesarios para limpiar y abrillantar y un altillo para ofrecer al viandante sus servicios.

El limpia zapatos saludaba obligando a contestar un “buenos días”, un “no gracias”, un “en otro momento”, un “sí por favor”...

Observaba desde la ventana el vaivén de la gente, el ir y venir de los vecinos, sus miradas...sus palabras...

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