sábado, 12 de diciembre de 2015

ESPERO SER ÚTIL. Marián García Tárraga

Siempre le habían dicho que lo mejor que podía tener una persona era ser útil y ahí estaba, robando un banco para poder pagar la hipoteca de sus padres. Evitaría el desahucio. ¿Había algo más útil? Y además práctico. Le devolverían al banco su dinero en pago de la hipoteca debida. Asunto zanjado. La casa en propiedad y el dinero de vuelta en 24 horas. Una sirena sonó y despertó a González que, andando, iba ensimismado mirando los billetes que asomaban por el bolso. Giró la esquina y se encaminó hacia su casa, con delicadeza cerró el bolso y sonrió con una mueca de satisfacción.





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