Mirad:
"Estaba concentrada en escribir aquel
relato mientras alrededor oía un zumbido imperceptible. De repente solté el
boli ¡maldito bloqueo!. Volví a la habitación y oí a mi madre "¡eres
incorregible!" me levanté y con una sonrisa le dije: "¡incorregible!
¡esa es justo la palabra que me falta!".
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