“Construye
tu futuro”, leyó en un letrero mientras pasaba caminando por la
avenida cercana a su casa y una idea macabra se centró en su mente.
“Mi futuro”, volvió a repetirse. Y cuando llegó a la esquina de
su calle comprendió lo que iba a pasar. Y cuando entró en el
recibidor de su casa cogió la única planta que vestía al aparador
y la sacó de su tiesto. “¿Qué futuro?”, pensó dirigiéndose
al balcón y una ráfaga de viento la envolvió mientras su cuerpo
caía sobre la acera incapaz de encontrar un futuro más próximo.
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