Había varios motivos importantes para tomar rápidas
decisiones:
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Necesitaba cola de dragón.
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Había perdido la escoba.
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Faltaban tres horas para que cumpliera el plazo.
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Faltaban tres horas para que empezara TODO.
Trasteó y encontró un viejo
bastón que transformó en volador. Subió. Bajó. Voló. Aterrizó y no paró hasta
localizar la guarida del dragón. Fue fácil conseguir un trozo de su cola. El
tiempo pasó sin sentir. La cola de dragón se sumó al guiso. Y a las tres
horas…TODO empezó.
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