Mirad:
"Llevaba
mucho tiempo sin salir, no quería ver a nadie, se había encerrado
en sí mismo desde que su pareja le dejó. No le apetecía hacer
nada, no se arreglaba, no se afeitaba y apenas se duchaba. En el
trabajo contagiaba las malas vibraciones y sus compañeros le
esquivaban, no era agradable tener al lado a alguien que siempre está
iracundo y triste. Casi mordía cuando alguien, con toda la buena
intención del mundo, le decía: "Deberías animarte"."
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