Mirad
"Dejó que sus dedos recorrieran el
pomo de la puerta deslizándolos con cuidado para no levantar sospechas, cuando
de pronto…¡Chás!, el quejido de la puerta al abrirse asustó a la muchacha…
–¡No puede ser! –se dijo así misma.
La cerró de golpe como si no existiera un mañana y corrió
hacia la parte oscura de aquel lugar.
¡Click, Clock! El pomo de la
puerta comenzó a abrirse. Cuando se abrió por completo un rostro ahogador se
reflejó a través de la puerta.
–¡No, sal de aquí! –gritó.
Las telarañas le tapaban la cara así que aquel rostro se
mantuvo distorsionado.
–Hola, ¿podemos pasar?
El rostro de la muchacha se
iluminó por completo al contemplar que no era lo que ella creía".
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