Un amigo me habló de Loles y de su libro. Amante de todo lo que
lleva papel no dudé en leer el ejemplar dedicado que él me prestó.
Me pregunté, al principio, si el testimonio de un hijo discapacitado
iba a ser lacrimógeno o poco atractivo porque, acostumbrada a la
literatura novelada, nada tenía que ver con la biografía que iba
a empezar a leer.
He de decir que, también desde el principio, se disiparon las dudas.
Lejos de tratarse de una biografía “tradicional” se trata de una
narración de hechos cronológicos, al hilo de los pasos que da
Aitana, enredados en un sin fin de emociones y sentimientos que van,
vienen y se vuelven a dar con tanta intensidad como si de una montaña
rusa se tratara, alternando la persona que los siente y la que está
a su lado que se ve arrastrada y que debe servir, para afrontarlo
juntas, unas veces de timón y otras de mástil.
Veo, en el libro, por un lado, angustia, es la emoción que más
vislumbro. La hay desde que se conoce la sordera de Aitana hasta la
última página. Es la angustia por el descubrimiento de la sordera,
por el desconocimiento de qué hacer, adónde ir, por la falta de
información que, a veces, limita las decisiones, por la toma de
decisión correcta, por la falta de comprensión del mundo que te
rodea, por la sensación de culpabilidad... Veo, también, esperanza,
emoción que va creciendo conforme avanza la lectura y que,
igualmente, está latente en toda la obra. La esperanza va creciendo
por los avances y se convierte en el hilo de toda la obra y en el
futuro de la misma.
La sensación que me llevo de la autora y de su familia es que son
personas valientes, fuertes y generosos. Valientes y fuertes por cómo
afrontan su vida y generosos por cómo escriben esta obra (una la
narra pero todos la protagonizan) llevando como idea la de guiar a
otras familias para poder afrontar un problema semejante: con
angustia pero con esperanza.
Aitana no lo sabe, es pequeña, pero lo sabrá. No tiene nada más
que mirar a su alrededor, a su familia y, aunque sólo sea por
imitación ella también será valiente, fuerte y generosa, no me
cabe duda. No tendrá en el futuro problema alguno para afrontar su
vida y para ayudar a los que le rodean. Seguro...ya lo leeremos...me
atrevo a adelantar... en alguno de sus libros...
Marian, acabo de leer tu reseña y se me han puesto los pelos de punta al leer la última línea. Hemos coincidido, es cierto.
ResponderEliminarNo sabes la sensación tan maravillosa que me causa leerlo. El ver cómo mis lectores describen el libro, argumentando qué han sentido, cómo lo han vivido,.. es algo que me hace muy feliz.
Muchas gracias por darme espacio en tu blog. Ha sido un placer conocerte.
Hola Loles,
EliminarLa satisfacción de que lo que uno hace llega a los demás es, como dices, maravillosa...si, además, llega con la misma intensidad que se escribe...ya es el colmo...y tú lo consigues!!!
Un abrazo muy fuerte.