“Había
una vez una chica llamada Luisa. Luisa era una chica que sólo
conocía dos palabras: hola y adiós. Entonces, cuando alguien le
decía alguna otra palabra, no entendía lo que le decía.
Un día,
Luisa iba por la calle cuando una amiga, María, le dijo:
- ¡Hola Luisa!, ¿Quieres venir a jugar conmigo?
- ¡Hola!, le respondió Luisa.
- Hola, pero ¿Vas a venir a jugar?
- ¡Hola!, volvió a decir Luisa, ya que sólo sabía decir hola y adiós.
- Luisa, ¿quieres venir? ¿No sabes decir nada más?
- ¿Hola, adiós!?, dijo Luisa que no entendía nada.
María
comprendió que su amiga sólo sabía decir hola y adiós y decidió
ayudarle a aprender a hablar y a conocer palabras.”
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