“En un lejano país, vivían las
Mariquitas, pero éstas no eran mariquitas normales sino que eran
unas mariquitas que tenían funciones.
Un día, una mariquita muy extraña no
tenía función y decidió preguntar a sus amigos. En cuanto vio a su
amiga “Mucha” decidió preguntarle:
- Mucha, ¿por qué te llamas así?
- Muy fácil: como mucho, hablo mucho, leo mucho, canto mucho...dijo Mucha.
- Pues dime...¿cómo me podría llamar yo?, preguntó la Mariquita sin función.
- Lo siento...pero yo no lo sé, contestó Mucha.
Así es que la Mariquita se fue.
Después de caminar mucho se encontró con las gemelas Poca y Cerca y
tal como había hecho con Mucha, les preguntó.
- ¿Por qué os llamáis así?
- Muy fácil -dijo Cerca- porque todo lo que tengo y hay para mí siempre está cerca.
- Y lo mío también, -dijo Poca- porque yo, todo lo que hago, es poco.
- ¿Y cómo me podría llamar yo?
- “Nada fácil” -respondieron a coro- porque no piensas lo que haces...
Y eso es lo que hizo. Al final, después
de mucho pensar y como no pensaba lo que hacía, se dio cuenta de que
no tenía porque tener un nombre y decidió que, simplemente, se
llamaría “La Mariquita”.
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