LAURA VINUESA VICENTE destaca con esta historia. Cuando, en el Taller de Escritura de este lunes, les sugerí la frase "Se puso las botas y se sintió distinto/a" ella escribió esto:
Impresionante...
"Todas
las mañanas sonaba al otro lado de la ventana una dulce melodía. Era
Lindy Axley, una dama de la noche. No tenía nada más que una
guitarra, su sombrero de copa de pocker, sus mallas a rayas, su capa
española y sus botas de montar con unas espuelas que solo se ponía
cuando iba a sitios especiales. Le encantaban los caballos y la
música pero no tenía dinero para practicar ninguna de las dos pues
su padre había abandonado a su madre con ella. Todos sus parientes
habían muerto y su madre se ocupaba de ella como si fuera una
princesa. Ella adoraba la equitación, era muy ranchera y le gustaba
tocar la guitarra. Así es que cuando murió, Lindy sintió como que
a ella también le había pasado y cayó en una gran depresión. Lo
único que tenía de su madre eran sus botas de espuelas, la guitarra
y la capa con el sombrero. Qué pena me daba. Todas las noches la
escuchaba cantándole a su madre desde la escalera. Un día me
levanté y vi a la pobre Lindy dormida, así que cogí mis ahorros y
se los dejé en la guitarra. Entonces estaba en el sofá y alguien
tocó en la ventana, era Lindy que me dijo que le había arreglado la
vida. Me invitó a su nueva hípica y me presentó a Alexis, su nueva
yegua, llamada igual que su madre. De pronto apareció por la puerta,
se puso las botas con las espuelas y se sintió distinta, como si,
por fin, todo volviera a florecer".
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