La Tertulia que tendrá
lugar este viernes 29 de Mayo de 2015 en la Librería Arco sobre el
libro “La librería de los finales felices” de Katarina Bivald me
está trayendo maravillosas sorpresas y eso, en mi caso, siempre está
relacionado con libros.
Me he propuesto, al
preparar esta Tertulia, hacer una relación de los libros que la
autora va relatando a lo largo del libro “La librería de los
finales felices” y uno de ellos es el de la Reseña de hoy: 84,
Charing Cross Road. Se trata de una colección de cartas escritas por
la autora, americana amante de los libros y por un librero que
trabaja en la librería situada en esta dirección en Londres. Ella
le escribe solicitando libros raros, únicos o encuadernados en una
edición especial y él se los busca y envía.
La relación que se
establece entre los dos es fantástica, es maravilloso poder leer las
cartas (por cierto fiel reproducción de las originales) y ver el
entendimiento entre ambos, el compromiso, la amistad y el cariño que
se van profesando durante más de veinte años.
Es una obra inspiradora
del libro de la Tertulia, ya que, en éste, también hay una relación
entre una librera y una ávida lectora, relación que se establece
mediante cartas y en la distancia y de la que nace una relación de
amistad que, en ambos casos, se ve truncada por la muerte de uno de
ellos.
Saber que está basado en
cartas originales fechadas entre el 5 de octubre de 1949 y octubre
de 1969 y que son escritas sin ánimo literario sino que representan
una relación real de amistad, lo hace más interesante. Además me
encanta el hecho de que se hayan publicado respetando el formato de
carta.
La relación entre
lectora y librero se representó, posteriormente a su publicación en
libro, en teatro y en película, dando a su autora el reconocimiento
como escritora que no había conseguido a lo largo de su carrera.
Curiosa la vida que te sorprende cuando menos te lo esperas.
Gracias a Ángela que me
ha hecho llegar este precioso ejemplar, de su propiedad, y a la que
he pedido que me lo deje hasta la fecha de la Tertulia. Ella, en este
caso, es mi especial librera y yo, la ávida lectora.
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